
En cambio, sabemos que, al igual que la Tierra, el ser humano posee una especie de campo magnético, que tiene más o menos intensidad en función de los individuos.Por ello se llevan a cabo observaciones y estudios relativos a los fenómenos denominados radiestesia, hipnosis, telepatía y aura, entre otros, para intentar demostrar que el hombre está rodeado de un campo magnético.Sin embargo, no es del todo seguro que los instrumentos de medida disponibles actualmente, a pesar de su sofisticación, se hallen totalmente adaptados a este tipo de observación; puesto que, aunque no se ha demostrado y probado la existencia tangible y medible de tal fenómeno en el hombre, todos podemos dar testimonio de que, espontáneamente –podríamos decir instintivamente-, experimentamos atracciones y rechazos muy fuertes, tanto física como emocionalmente.Aquí entramos en el campo de otra ciencia, aparecida recientemente, el electromagnetismo, la cual ofrece útiles de investigación mucho más aptos para ayudarnos a comprender los fenómenos que se producen en cada uno de nosotros y que, sin duda, nos será útil, en tiempos futuros, para aprender a dominar las fuerzas magnéticas que nos atraviesan.De hecho, no existe ninguna duda de que, tarde o temprano, el hombre llegará a conocer en profundad lo que, para entendernos, podríamos llamar el campo de fuerza del pensamiento.Hasta hoy se ha trabajado empíricamente, aunque con torpeza, operando, en algunos casos, ciertamente con genialidad, pero sin estudiar jamás seriamente con loso fenómenos que le empujan o le atraen hacia una dirección más que hacia otra…